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Me convertí en la mujer más afortunada del mundo

Nuestra Guardia Ana De La Cruz fue una de las Bomberas Voluntarias que viajó a Corrientes por los incendios. Conocemos la historia de esta abuela que con su compromiso, vocación de servicio y profesionalismo se ganó el corazón de una provincia y la admiración de todos nosotros.

 

Con 20 años de trayectoria en Securitas, y próxima a jubilarse, Ana De La Cruz es Guardia Bombera del servicio Sandvik Argentina en San Justo, pcia. de Buenos Aires. Pero, a su vez, es Bombera Voluntaria en el destacamento N°2 de Pontevedra, perteneciente al partido de Merlo, pcia. de Buenos Aires.

A sus 58 años, con 3 hijos y 4 nietos, hace 22 años que Ana divide su tiempo entre el trabajo, la familia y el destacamento. Allí, aparte de realizar guardia activa como Bombera Voluntaria, tiene a su cargo las incorporaciones de las 5 dependencias de Merlo.

“Uno es Bombero Voluntario las 24 horas del día, los 365 días del año. Cuando uno escucha la sirena sale para un incendio sin saber si vuelve a casa. Suena fuerte, pero es así. Las situaciones como las que vivimos en los incendios de Corrientes sirven para que la gente tome dimensión de nuestra vocación de servicio, no muchos se dan cuenta de que constantemente ponemos en riesgo nuestra vida por el prójimo”.

Aunque Ana está próxima a jubilarse, sigue capacitándose para adquirir nuevos conocimientos que le ayuden a salvar vidas. En la actualidad es Oficial Auxiliar y está cursando para alcanzar la segunda categoría. Recientemente, comenzó a estudiar lenguaje de señas ya que, como dice ella, “Uno nunca sabe si en un incendio va a tener que rescatar a una persona sordomuda”. A ese nivel llega el compromiso de Ana.

“Desde hace 4 años, soy Brigadista Forestal, por eso me convocaron para los incendios de Corrientes. Yo quería ir a ayudar a los hermanos correntinos, para eso me preparé y quería estar ahí. En la primera convocatoria no pude alistarme por cuestiones de trabajo, pero cuando vi por los medios que los incendios no cedían, hablé con Rubén Núñez, mi Supervisor, para avisarle que de un momento a otro me iba a tener que ir para Corrientes. Él entendió la situación y cuando llegó la segunda convocatoria me preparó la documentación para que pudiera viajar”.

Cuando Ana se anotó para rendir la especialidad de Brigadista Forestal, en la fuerza le decían que no iba a poder superar las pruebas prácticas, ya que requerían de mucho esfuerzo físico y destreza que ella, por su contextura y edad, a priori no tenía. Ana no bajó los brazos y pidió que le dieran la oportunidad. No solo pasó las pruebas, sino que las superó con una mención especial por su desempeño en las pruebas físicas.

“El 16 de febrero me convocaron y al día siguiente salimos con otros 2 compañeros del destacamento para Corrientes. Como los Bomberos de Merlo y Tres de Febrero no contábamos con movilidad propia, nos acoplamos a los micros que pusieron para los Bomberos Forestales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Esto fue de gran ayuda, porque no solo nos trasladaron, sino que también nos facilitaron un montón de equipamiento específico para hacerle frente al fuego”.

Ana y el resto de Bomberos Voluntarios que viajó con ella hicieron base en unas cabañas de Santo Tomé, ubicadas en el km 14 de la Ruta Nacional N°40. Mismas cabañas en las que estaban alojados los periodistas de TN. Ana fue entrevista en tres oportunidades por José Bianco, notero del canal especializado en clima. 

“El viernes 18 a la madrugada cuando llegamos a Santo Tomé la atmosfera estaba tomada por el fuego y el humo de los incendios. La situación era muy grave, por lo que rápidamente nos calzamos los equipos y nos pusimos a disposición de los que comandaban las cuadrillas para salir a enfrentar las llamas. Hicimos base en Santo Tomé, pero recorrimos varias localidades atacando distintos incendios: Santa Ana, San Benito, San Miguel y Virasoro.

Nos levantamos a las 6 de la mañana y volvíamos a la base a las 11 de la noche. Durante este tiempo, no teníamos señal en los celulares, por lo que recién a altas horas de la noche nos podíamos comunicar con nuestras familias para contarles que estábamos bien”.

Al terminar la jornada, Ana se enteraba por sus familiares y amigos que poco a poco ella se estaba convirtiendo en una referente de las Bomberas Voluntarias: “Abuela estás en la tele, sos la salvadora de Corrientes”, le decía una de sus nietas muy emocionada.

Con los incendios aún sin poder ser controlados, Ana junto a otros Bomberos Voluntarios debían volver a Buenos Aires, situación que a ella le generaba mucha angustia por no poder quedarse a seguir ayudando. Cuando en el comando se enteraron de esta situación le dijeron: “Ana vos sos la abanderada de las Bomberas Voluntarias. Necesitamos que te quedes para que les sigas transmitiendo tu experiencia, profesionalismo y vocación de servicio”. Así fue que se quedó hasta el último día.

“El jueves 24 amanecimos con la noticia de que se aproximaba una tormenta desde Buenos Aires. Pero antes de llover, hubo unas ráfagas de viento de 40 km por hora que nos complicaron muchísimo y tuvimos que resguardarnos lejos de la ruta para evitar accidentes porque la visibilidad era nula. Cundo el viento cesó, se largó a llover muy fuerte. Fue tal la emoción que nos pusimos a bailar y llorar debajo del agua. Tras luchar tantos días con las llamas, parecía que por fin teníamos algo de alivio. Y así fue, esa intensa lluvia fue el principio del fin de los incendios”.

El viernes 25, la situación estaba completamente controlada, solo quedaban algunas cenizas que fueron moderadas sin contratiempos. El sábado 26 por la mañana, Ana y el resto de los Bomberos Voluntarios, fueron agasajados con un asado, pudieron refrescarse en la pileta de las cabañas en las que estaban alojados y los llevaron al establecimiento de la Yerbatera Las Marías, en donde recibieron un presente por su destacada labor.

“Antes de irnos para Buenos Aires, ese sábado la gente de Santo Tomé nos recibió como si hubiéramos ganado el Mundial. Fue muy emocionante el afecto, los abrazos y besos que recibimos de la gente del lugar. Nos siguieron en caravana tocando bocina hasta que salimos del pueblo. Por las demostraciones de afecto, el cariño y las palabras de agradecimiento de la comunidad de Santo Tomé me convertí en la mujer más rica del mundo”.

Esa tarde en Santo Tomé, las mujeres se acercaban a Ana para decirle que se veían reflejadas en ella. Le manifestaban su gratitud por todo lo que habían hecho por ellos. “Gracias a ustedes ahora podemos respirar aire puro”, le decían. Una nena se acercó a Ana y tocándole la cara le dijo: “Quiero tener una abuelita como vos”. Con el corazón lleno y lágrimas en sus ojos, Ana y sus compañeros regresaron a Buenos Aires esa misma noche sintiéndose tranquilos de que había valido la pena estar lejos de sus familias durante 10 días.

Como no podía ser de otra manera, el domingo 27 de febrero, cuando llegaron a Pontevedra, Ana y sus compañeros fueron recibidos como héroes. Al llegar al destacamento, los esperaban autoridades, familiares y amigos.

Desde su regreso, Ana también recibió reconocimientos por parte de Sandvik Argentina, empresa en la que presta servicio, del Honorable Concejo Deliberante de Merlo y de una congregación pastoral de Pontevedra.

“Quiero agradecer a Securitas por haberme permitido viajar a Corrientes para poner en práctica todo lo aprendido. En especial, a mi Supervisor Rubén Núñez, a mis compañeros de servicio, Daniel Fonseca y Gabriel Ramos Di Giovanni por cubrirme los días que me ausenté, y a mi familia por acompañarme en todo momento y darme la fuerza para seguir adelante. Y también a los hermanos Correntinos y la comunidad de Pontevedra por todo el afecto y cariño demostrado conmigo”.

 

Ana De La Cruz

Guardia Bombera servicio Sandvik Argentina - San Justo, pcia. de Buenos Aires.